El TDAH es más que un simple diagnóstico médico; es una forma de vida que afecta a millones de personas en todo el mundo, –– no solamente a niños y adolescentes, sino también a adultos.
El TDAH no es un trastorno que desaparece en la adultez, como muchas personas creen. Es una condición que acompaña a la persona toda su vida.
¿Qué significa TDAH?
TDAH significa Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad.
No obstante, lo que es mucho más interesante es saber qué significa tener TDAH y vivir con él.
Pero antes de indagar en este tema tenemos que aclarar algo importante: Si hablamos del término TDAH no solamente nos referimos a las personas con hiperactividad, también están incluidas aquellas personas que NO presentan hiperactividad, pero sí, síntomas de inatención e impulsividad.
Entonces, si hablamos del TDAH, hablamos de personas CON y SIN hiperactividad.
¿Qué significa realmente vivir con TDAH?
Experimentar la vida con TDAH puede ser como viajar en un barco sin dirección fija, y en ocasiones, incluso sin la presencia de un capitán al mando.
Para decirlo de otra manera, las personas con TDAH a menudo sienten que su vida está fuera de control, sumergida en el caos y plagada de dificultades. Lamentablemente, esta percepción a menudo refleja su realidad.
No obstante, es fundamental entender que los desafíos que enfrentan las personas con TDAH no se deben a su carácter ni a una falta de inteligencia.
En realidad, estos desafíos son el resultado de comportamientos típicos del TDAH que están más allá del control de la persona.
¿A qué se deben los comportamientos típicos del TDAH?
El TDAH afecta a una zona específica del cerebro, la corteza prefrontal.
Este impacto no es trivial, porque repercute en la vida de quien padece este trastorno de manera integral y en todas las áreas de su existencia.
¿La razón de esto? La corteza prefrontal, que es la región cerebral más afectada por este trastorno, desempeña un papel crucial en nuestra vida cotidiana. Alberga lo que se conoce como funciones ejecutivas. Su propósito esencial es permitirnos llevar a cabo nuestras vidas de manera efectiva.
En otras palabras: Lo que comúnmente se etiqueta como un trastorno por déficit de atención podría y debería ser considerado más precisamente como un trastorno de déficit en las funciones ejecutivas, ya que esto es lo que realmente implica esta condición.
¿Por qué es tan importante hacer esta aclaración?
Porque este enfoque nos permite apreciar el trastorno en toda su profundidad. No solo enriquece nuestra comprensión del comportamiento de nuestros niños y adolescentes. Sino que también nos ofrece una perspectiva más detallada sobre los adultos que conviven con el mismo trastorno.
El principal inconveniente con la denominación TDAH es que muchas personas asocian este trastorno exclusivamente con problemas para concentrarse, comportamientos impulsivos y hiperactividad. Incluso llegan a pensar que quienes padecen de este trastorno actúan como lo hacen por elección propia. Sin embargo, la realidad es que el trastorno va mucho más allá de estos aspectos.
Para entender realmente la seriedad de un déficit en las funciones ejecutivas, primero debemos definir qué son.
En términos sencillos: las funciones ejecutivas son habilidades mentales o cognitivas.
Podríamos equiparar estas habilidades con otras como hablar, leer, escribir, caminar, etc.
Entonces, ¿qué habilidades comprenden las funciones ejecutivas? Las funciones ejecutivas abarcan las siguientes habilidades:
- Atención
- Control de impulsos (control inhibitorio)
- Memoria a corto plazo
- Flexibilidad cognitiva
- Planificación
- Organización
- Estimación del tiempo
- Razonamiento lógico
- Toma de decisiones
- Anticipación
- Establecimiento de metas
- Inicio y finalización de tareas
- etc.
Las habilidades que provienen de las funciones ejecutivas son vitales para nuestra cotidianidad, porque nos facilitan la ejecución de tareas y actividades de manera eficaz y eficiente.
Desafortunadamente, como ya mencioné, el trastorno por déficit de atención impacta de forma adversa este conjunto de habilidades.
Las consecuencias de un déficit en las funciones ejecutivas
La carencia o déficit en las habilidades de las funciones ejecutivas es un problema serio, dado que estas habilidades son esenciales para nuestra capacidad de realizar tareas diarias y mantener una vida autónoma. Aquí te explico por qué:
Dificultades académicas:
Los niños y adolescentes con TDAH a menudo tienen problemas para mantenerse concentrados en las tareas escolares, lo que puede afectar su rendimiento académico. También pueden tener dificultades para organizar su tiempo y sus tareas, lo que puede llevar a la procrastinación y al incumplimiento de los plazos de entrega de los trabajos escolares.
Problemas de comportamiento:
El TDAH –– o más bien el déficit de funciones ejecutivas –– puede hacer que los niños y adolescentes sean impulsivos y actúen sin pensar. Esto puede resultar en comportamientos disruptivos en el hogar y en la escuela. También pueden tener problemas para seguir las reglas y resistirse a la autoridad.
Dificultades sociales:
Los niños y adolescentes con TDAH pueden tener dificultades para interactuar con sus pares. Pueden interrumpir a otros, tener dificultades para compartir o esperar su turno, y pueden tener problemas para entender las señales sociales.
Problemas emocionales:
Los niños y adolescentes con TDAH pueden tener dificultades para manejar sus emociones. Pueden tener arranques de ira, ser emocionalmente reactivos y tener baja autoestima. También pueden estar en mayor riesgo de desarrollar ansiedad y depresión.
Riesgo de abuso de sustancias:
Los estudios indican que los adolescentes con TDAH tienen más probabilidades de comenzar a consumir tabaco, alcohol y drogas ilegales antes que otros niños.
En resumen: Vivir con TDAH significa enfrentar una serie de desafíos únicos en el día a día. Desde dificultades académicas y problemas de comportamiento hasta luchas sociales y emocionales, las personas con TDAH a menudo tienen que navegar por un mundo que puede parecer desalentador y abrumador.
Sin embargo, también es importante recordar que el TDAH no define a una persona. Con el apoyo adecuado y estrategias de manejo efectivas, las personas con TDAH pueden aprender a superar estos desafíos y prosperar. El TDAH puede venir con dificultades, pero también puede traer consigo una creatividad única, una capacidad para pensar fuera de lo común y una energía inigualable que puede ser canalizada hacia logros significativos.
En última instancia, vivir con TDAH significa poseer un conjunto único de desafíos y fortalezas. Significa aprender a navegar por la vida de manera un poco diferente, pero con la posibilidad de lograr cosas increíbles.